Cuando miras hacia arriba y sientes cómo el cielo roza tu nariz, cuando irrumpe en tu piel el sol para darte calor, cuando te hace llorar una canción, cuando tienes cinco sonrisas tan bonitas a tu alrededor, cuando ríes tanto que se te acelera el corazón, cuando la intensidad llama a la puerta de tu habitación, cuando encuentras algo que ni siquiera recordabas haber perdido.
Pero, ¿cómo?
Y si no lo llamas magia, ¿cómo explicas el color del cielo en este atardecer?
Y si no lo llamas magia, explícame dónde nacen las carcajadas que me producen esas cosquillas que me haces por las tardes.
Y si no lo llamas magia, ¿cómo llamas a la sensación de levantarse con el aroma a café recién hecho por las mañanas?
Y si no lo llamas magia, dime cómo se llama esto que se crea juntando palabras.
Y si no lo llamas magia, dime cómo se llama esto que se crea juntando palabras.
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