"Dedicado a todos los que siguen queriendo ser diferentes y luchan contra aquellos que desean que seamos iguales"

21 de enero de 2015

Un pequeño paréntesis de cordura.


Una noche como otra cualquiera mi cabeza le dio por pensar de mas y razonar de menos, y claro, en momentos así todo el mundo tiene dos opciones, comerse el coco hasta no poder mas, llorar hasta desgastarse o, con suerte, dormirse, o, la mejor opción de todas, recurrir a ese alguien que siempre está, y que por suerte, yo tengo el privilegio de tener. La conversación empezó con un simple "te necesito", pero ante todo necesitaba resolver algunas dudas. Mi pregunta fue clave y precisa, "¿Tú crees que se puede olvidar a una persona, con la que has compartido seis meses de tu vida, en los que supuestamente lo era todo para ti, en menos de un mes y medio?" No hizo falta su respuesta, ya me respondí yo sola, "Pues una de dos, o era un cerdo mentiroso, o lo que tiene ahora no es real." Solo necesitaba que ella me escuchara, que supiera que la necesitaba, y con un, "Mañana te veo por fin" bastó para saberlo todo. Era el momento y ella sabia que necesitaba que estuviera aquí. 
Por eso básicamente necesitaba una tarde, noche o lo que sea con ella, porque nos entendemos mutuamente y de vez en cuando nos necesitamos. Igual no somos dos gotas de agua, pero muy distintas tampoco debemos ser, porque en el fondo sabemos que decirnos y cuando decírnoslo, y quería amiga, eso poca gente tiene la suerte de saber. 
Sin más dilación, la conversación terminó, sin un adiós ni nada que fuese estrictamente necesario, porque como bien dicen, al buen entendedor pocas palabras le bastan, y hasta ahora, entendernos nos entendemos bastante bien. Y la vida siguió, como sigue las cosas que no tienen mucho sentido.