"Dedicado a todos los que siguen queriendo ser diferentes y luchan contra aquellos que desean que seamos iguales"

22 de febrero de 2013

Ese último adiós...

Ella, tirada en el suelo, con la bala aun dentro. Él encima de ella presionando la herida para evitar la hemorragia. Hasta el momento, ex novios, sabiendo que seguían locos el uno por el otro, pero sin embargo, los dos sin pelotas a decírselo a la cara.
- Se que suena mucho a película de Hollywood y todo eso, se que es algo surrealista que tenga que llegar a un extremo tan grande, que tenga que tener una bala en el hombro izquierdo para tener pelotas a decírtelo, que tenga que decírtelo cuando estoy casi muriéndome. Pero allá voy. Te he querido siempre, desde el primer día que nos liamos borrachísimos en  aquella fiesta en tu casa, desde que casi por casualidad, y que por una cosa y otra empezáramos a salir. ¿Ademas sabes que? Que a partir de aquel diecinueve de marzo, cuando mandamos todo a la mierda por una discusión sin sentido, cuando después volvimos a intentarlo, cuando definitivamente se acabó todo, cuando dejamos de hablarnos y estuvimos casi tres años sin apenas mirarnos, aun después de todo eso, te seguía queriendo. Pero, ¿Quieres saber mas? Que cuando volvimos a hablarnos y no podíamos ser amigos, porque nuestra relación eran simplemente unos cuantos polvos, cuando nos aburríamos, el fin de semana y algún que otro día, ahí, ahí te quería incluso más que antes. Pero, ¿Sabes lo mejor de todo? Que aun te quiero y te quiero como nadie te ha querido jamás. Así que hazme un favor y se feliz y quiere a alguien como yo te quiero a ti. Ya no lo hagas por mi, si no hazlo por ti.
En ese momento él, con los ojos como platos, llenos de lagrimas, boquiabierto, sin saber que decir, sintió ese impulso que llevaba tanto tiempo retenido dentro, con miedo a salir, y empezó por fin a hablar.
- ¿Sabes tú lo mejor de toda esta historia? Que todos y cada uno de esos momento que has recordado, todos y cada uno de esos te quieros que has nombrado, yo también los he tenido, los he sentido, y lo peor es que he sido un completo gilipollas, por hacerlo en silencio, quererte sin decir nada, ocultándome a mi mismo que lo estaba sintiendo, que era real. Pero tenia miedo, tenia miedo de que tu ya no sintieras ese cosquilleo al verme como el que siento yo, que ya no se te dilataran las pupilas como antes, que no se te acelerara el corazón ni se te entrecortara la respiración como me pasa a mi cada vez que te veo aunque sea de reojo. Tenia miedo de que el mundo no se detuviera cuando nos viésemos... Así que tranquila, ya he tenido y tengo a alguien a quien querer tanto como tu a mi.
En ese momento, las fuerzas de ella estaban llegando a su fin, la bala seguía dentro y le estaba causando la muerte. Los esfuerzos de él por parar la hemorragia estaban resultando en vano.
- Eh, no, no puedes hacerme esto. ¡¡No puedes decirme que me quieres, que nos queremos, y morirte así, sin mas!! No sabes de lo que soy capaz, eh. Que no te puedes librar así de mi, no, este final no me gusta nada, así que ya estas abriendo esos ojos y atendiendo bien porque pienso darte el mejor beso que te han dado en tu vida.
Entonces, él, inclinándose hacia ella, antes de su ultimo suspiro, le dio un beso en los labios, entrelazando sus lenguas, recordando todos y cada uno de los momentos que habían pasado juntos, hasta que ella paró. En ese momento, ella se iba para siempre, sabiendo que no había gastado tiempo en balde en querer a aquel chico que lloraba desconsoladamente con su cuerpo sin vida tendido en el suelo mojado de aquel oscuro callejón.


21 de febrero de 2013

Algún día llegará...

Se quedó ahí plantado con su sonrisa y entonces me di cuenta que después de tanto tapar e intentar ocultar aquello que no estaba del todo bien y después de tanto cagarla, él había vuelto, había vuelto a por mi. Porque a pesar de todos mis defectos, de mis cambios repentinos de humor, de mi falta de tacto a la hora de decir ciertas cosas, a pesar de que el romanticismo no era especialmente una de mis cualidades, él estaba ahí de pie bajo la lluvia, empapado hasta las cejas, mirándome sin decir nada, simplemente con una sonrisa en la cara. Y fue entonces, en ese mismo instante cuando me di cuenta que realmente valía la pena intentarlo. No podía cambiar, eso esta claro, pero al menos podría intentar dejar de ser un poquito yo, podría empezar a pensar un poquito en él y en que realmente me necesitaba, necesitaba ser cuidado, mimado y eso no podía hacerlo otra persona que no fuera yo. Entonces, corrí bajo ese manto de agua que en ese momento inundaba las calles de Madrid y me tiré en sus brazos, típico de cualquier película romanticona americana, esas películas en las que chico conoce a chica, chica se enamora de chico y viceversa, uno de los dos la caga y al final se reconcilian con un bonito beso bajo la lluvia, a diferencia de que en este caso nosotros nos conocíamos desde niños, ninguno de los dos se había fijado en el otro hasta un día que borrachos como una cuba nos liamos y desgraciadamente solo uno de los dos se enamoró, él.
La verdad es que fue el beso mas bonito de mi vida, y si, aun no estoy enamorada de él, pero se que puedo conseguirlo, se que probablemente sea el indicado, es perfecto para mi, y tengo la esperanza de que un día al despertarme, sea yo la que le lleve el desayuno a la cama y le de los buenos días con un millón de besos y le de las gracias por ser lo mas importante de mi vida y ser la causa de mis constantes sonrisas... :)