"Dedicado a todos los que siguen queriendo ser diferentes y luchan contra aquellos que desean que seamos iguales"

5 de febrero de 2014

Destino o no, vivamos.

Estamos destinados al fracaso. 
Todos a lo largo de nuestra vida vivimos intentado que todo salga bien, que todo vaya según lo previsto, sin saber que el destino está ahí, presente en todos y cada una de nuestras acciones y que, a pesar de todo el empeño que pongamos en cambiarlo, el fracaso de que algo salga mal está siempre presente.
Todos tenemos una meta en común, la felicidad, pero el modo de llegar a ella es tan distinto... El dicho dice que 'el dinero no da la felicidad', pero, ¿es del todo cierto? Cada uno encuentra lo que llamamos 'ser feliz', en diferentes puntos de vista. Unos son felices con poco, otros, sin embargo, cuanto más tienen, más quieren, y su meta queda cegada por el poder y la avaricia. Por eso llegamos a la conclusión de que la felicidad es simplemente vivir, levantarte cada mañana, respirar, una bocanada de aire fresco que nos demuestre que estamos aquí, que es nuestra vida, una vida formada de momentos, unos buenos, otros malos, pero momentos al fin y al cabo, y que están ahí para ser vivido.
Y la verdadera felicidad, permitirme que os diga, está en encontrar el equilibrio entre esos momentos, y buscar la fuerza suficiente para hacer algo bueno de aquellos momentos que hacen que nuestro fracaso nos gane ese pulso entre ser o no ser felices.
En vivir al máximo está el truco.



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