"Dedicado a todos los que siguen queriendo ser diferentes y luchan contra aquellos que desean que seamos iguales"

28 de marzo de 2014

Nada de medias naranjas.

Estábamos como predestinados a estar juntos, como unidos por algo sobrehumano, una fuerza distinta, sobrenatural, que hacia que, a pesar de todo y de todos, terminásemos juntos, desnudos, en tu coche, en mi cama, en la tuya, o yo que se. El caso era terminar lo que habíamos empezado, llegar a eso tan amado. Pero nada más, no buscábamos nada que nos uniera de verdad, simplemente dejábamos que, llamémoslo destino, nos guiara hasta el mismo sitio. El caso era acabar desnudos. Juntos. Sin importarnos el resto, sin otro sonido que el de nuestra respiración acelerada y nuestro susurros de pasión, no amor, sino pasión. Porque no buscábamos nada más que eso, sin medias naranjas, ni limones, ni ninguna fruta que andase perdida. Nosotros estábamos bien encontrados, porque, destino o no, nos gustaba vivirlo.

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