"Dedicado a todos los que siguen queriendo ser diferentes y luchan contra aquellos que desean que seamos iguales"

25 de junio de 2014

Y se fue diciendo "Te quiero".

Como cada noche, ella se iba a la cama tarde, demasiado a veces, se quitaba la ropa, solo dejando la parte de abajo de su ropa interior y se metía en la cama, cansada más de mente que de espíritu, y se dormía pensando, que quizá sus manos rozarían su cuerpo sin querer, una vez más, o dos o tres.
Le echaba de menos, cada día al despertarse y no oler el aroma a café recién hecho, le echaba de menos cada vez que su cama se le hacia más y más grande, cada vez que al invadir su espacio, la almohada desprendía ese olor a él, a las noches de tanta pasión, a las noches de calma, abrazados, mirando al techo, imaginándose un futuro, que ya no llegaría.
¿Por qué se había ido? ¿Qué fue lo que salio mal? ¿Fue la falta de cariño por su parte, el exceso de él? 
Aún sigue recordando aquella fatídica mañana en la que el olor intenso del café y las tostadas recién hechas le despertaron de su dulce sueño. Abriendo los ojos poco a poco, y encontrando sus ojos, clavados, mirando fijamente su cara, aun somnolienta. 
"¿Qué haces ahí parado?" preguntó ella. 
"Simplemente miro la suerte que tengo de verte despertar cada día." Respondió él. 
Y con un beso apasionado ambos ponen rumbo al pequeño salón del final del pasillo, entre risas y cosquillas, entre abrazos e insultos cariñosos. Entre la más absoluta perfección.
Todo sigue su curso, como cada mañana. Ella decide ducharse antes que él, pero ambos terminan haciéndolo a la vez, no sin antes estallar en un gran momento de pasión, llegando juntos, amándose juntos, comiéndose a besos, disfrutando siempre.
Él mira el reloj. Se hace tarde, se viste lo más rápido que puede, beso fugaz y... "¡Te quiero!" ¿Se lo ha dicho? ¿Realmente le ha dicho te quiero? Era la primera vez que se lo decía él primero. Y sin más dilación, ella queda tumbada en la cama, meditando lo que acaba de pasar antes de que "el amor de su vida" saliese por esa puerta.
Y aquí terminaba su recuerdo, aquí terminaba la última vez que le vio pasar por su vida. Y así, como si nada, desapareció. Y aún no sabe porque, aún no entiende porque se marchó sin decir adiós, porque se marchó diciendo "Te quiero".



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