"Dedicado a todos los que siguen queriendo ser diferentes y luchan contra aquellos que desean que seamos iguales"

9 de junio de 2015

Últimamente solo encuentro piedras con las que me gusta tropezar.

No siempre pasa, pero en mi caso si. 
Llegas, de casualidad, sin que nada esté planeado, poniendo todo patas arriba, y te encuentras con una piedra en el camino que hace que te detengas en tu andadura. Estás intrigado, quieres saber como es realmente la piedra, y te paras. 
Observas, e incluso pruebas a ver que tal. Te quedas tanto detenido, que hasta llegas a confiar en que la piedra pasará a ser una metal precioso en cualquier momento. Pero no, nunca llega a pasar. 
Al principio parece que si, que esa piedra en realidad es un zafiro, o incluso un diamante en bruto. Pero a medida que vas profundizando, lo ves. Es tan solo una pequeña capa, un lobo con piel de cordero, una pierda mas con la que solo tropiezas. Pero el problema no es ese. 
El problema viene, cuando a pesar de ver que tan solo es una piedra más, gris, con alguna que otra mancha, pero una puñetera piedra, sin más, una mas con la que tropezar y que sabes que te caerás, te gusta, y te acostumbras a tropezar con ella. 
No siempre pasa, pero a mi si. 
Últimamente solo encuentro piedras con las que me gusta tropezar. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario