Mientras llega el indicado… ¡A disfrutar de los equivocados!

Cuatro años, ¿Sabéis lo que es eso? ¿Sabéis cuanto puto tiempo son CUATRO AÑOS? Yo si, y muy bien. Cuatro años sintiendo lo mismo, cuatro años sintiendo ese hormigueo en el estomago cada vez que le veo, o como dice la gente, esas putas mariposas que hacen felices a tantos, pero que a mi no me gustan nada. Cuatro años negando lo evidente, haciendo lo posible por intentar que desaparezca, por intentar hacerme a la idea de que no esta ahí, que no siento nada, que ya se acabó, pero no. ¿Un clavo saca a otro clavo? ¡Y una mierda! Demasiados clavos y el clavo mayor sigue ahí… Pero bueno, es hora de hacerme a la idea de que es así como debo vivir, hacerme a la idea de que esa sensación, por mucho que lo intente no va a cambiar, va a ser siempre igual.

Y es que no lo puedo evitar, un simple “Hola! :)” me dibuja esa sonrisa tonta en la cara, ese tweet que no va hacia mi y me creo que soy yo la afortunada, esa mirada que me hace tan feliz pero que seguramente va hacia la persona que tengo detrás y que por casualidad me pilló a mi delante, ese te echo de menos que tanto miedo me da admitir… Todo eso que hacen que todo sea mas que evidente.

Pero ya es lo mismo, la misma historia, y mucha gente se pregunta porque de la noche a la mañana he cambiado tanto, Patricia, esa chica de los cuentos de hadas, esa chica que se enamoraba de un chico desde el primer beso y que ahora solo busca una noche o un par de ellas, pues bien, he cambiado por eso mismo, porque si esto va a seguir así, tengo bien claro que no pienso quedarme de brazos cruzados mientras ocurre, porque ya es duro, como para que lo sea aun mas, porque ya es una puta tortura como para que encima tenga que torturarme yo misma.

Así que si alguien se hacia esa pregunta, queda mas que respondida, porque si algo he aprendido en estos cuatro años, es que no hay que ser perrito faldero de nadie, y la teoría de “Le persigues, pasa de ti, pasas de él, te persigue” es mas que cierta. Así que pasar de ti, complicado, pero perseguirte, imposible. Así que mientras llega el indicado… ¡A disfrutar de los equivocados!