Ese adiós que nunca llegó...

Esa mañana, todo estaba nublado, ni un rayo de sol entraba por la mañana. Yo sabia que no podía ocurrir nada bueno un día como eso, triste, sin color.
Y en efecto. Pero eso dejemoslo para después, porque a pesar de como terminó el día, todo empezó como jamas podría imaginar.
Me diste los buenos días, sin yo escribir primero, me diste las gracias por haber entrado en tu vida de ese modo, y lo mejor de todo, me dijiste "¡Te Quiero!". Y no sin querer, no sin doble intención, no, lo dijiste entero y de verdad.
Quedamos para despedirnos, terminaba la Navidad, todo volvía a la normalidad, pero eso si, tu y yo, el día a día vivido hasta la fecha, ¿como nos afectaría volver a la normalidad? Nada, pensamos, que ingenua yo, pero a pesar de todo, me prometiste tanto...
Ese mensaje de que ya habías llegado, esa llamada que no cogiste el día de tu cumpleaños, esos mensajes que probablemente fueron directamente borrados... Ese adiós que nunca llegó!
Aun sigo esperando a que tengas el valor de plantarte delante y decirme que no me quieres, que lo que pasó fue solo diversión, y que lo nuestro jamas empezó. Aun sigo esperando a que me digas que todo se acabó, a que des una señal de vida... ¡Pero se que nunca llegó!