"Dedicado a todos los que siguen queriendo ser diferentes y luchan contra aquellos que desean que seamos iguales"

20 de mayo de 2015

Como una niña con sus castillos en el aire.

Sé que no es fácil entenderme. Sé que construyo castillos en el aire. Sé que a veces dan ganas de matarme. Sé que muchas veces resulto insoportable, que vivo en mis cuentos y no hay quien me saque, que me pongo a hablar y no hay quien me calle. Sé que de un segundo a otro cambio de opinión, que con mis sentimientos no me aclaro ni yo, que no digo nada que alguien no haya dicho ya. Sé que me ahogo en un vaso de agua, que me aferro a lo que me invento para no tener que mirar a la cara a la realidad, para no tener que enfrentarme a la vida. Pero ¿cómo no quieres que crea en la magia si la veo, la siento y la llevo muy dentro desde hace tanto tiempo?
Cuando miras hacia arriba y sientes cómo el cielo roza tu nariz, cuando irrumpe en tu piel el sol para darte calor, cuando te hace llorar una canción, cuando tienes cinco sonrisas tan bonitas a tu alrededor, cuando ríes tanto que se te acelera el corazón, cuando la intensidad llama a la puerta de tu habitación, cuando encuentras algo que ni siquiera recordabas haber perdido.
Pero, ¿cómo?
Y si no lo llamas magia, ¿cómo explicas el color del cielo en este atardecer?
Y si no lo llamas magia, explícame dónde nacen las carcajadas que me producen esas cosquillas que me haces por las tardes.
Y si no lo llamas magia, ¿cómo llamas a la sensación de levantarse con el aroma a café recién hecho por las mañanas? 
Y si no lo llamas magia, dime cómo se llama esto que se crea juntando palabras.
Y si no lo llamas magia, dime que es esto que creamos tu y yo cuando nos miramos. 
Sé que es difícil entenderme,
pero no pienso dejar que nadie tire mis castillos en el aire.
Si creer en hadas significa no crecer, llámame niña.



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